En la
actualidad vivimos en una era en la cual la tecnología avanza y se reinventa de
manera exponencial, ya no compramos, nos comunicamos, jugamos o aprendemos como
antes lo hacíamos. Este cambio se originó a raíz de las nuevas herramientas con
las que contamos para realizar las diversas tareas que hacemos de manera
cotidiana, de ahí el cambio de paradigma en la forma de estudiar
Hace 15 años,
no me hubiera imaginado el término “estudiante en línea”.
Para aclarar
el punto, un estudiante en línea es aquel que está inmerso en un ambiente
virtual con medios educativos para el aprendizaje. Actualmente existen varias
maneras de aprender en línea, desde un tutorial en plataformas como el youtube,
o blog en los cuales se encuentran las instrucciones para realizar
experimentos, hasta espacios especializados y centrados en el aprendizaje a través
de videos, lecturas, y diferentes herramientas que incitan y apoyan a aprender de
una manera diferente.
Sin embargo,
no todo es tan fácil como desear algo y tenerlo al instante. El estudiante en
línea se enfrenta a diversos retos, comenzando con que, en la mayoría de los
casos, viene de una manera de aprendizaje tradicionalista, en la cual, el
conocimiento es transmitido a través del profesor, quien representa la máxima
autoridad, e indica que tareas se deben de realizar. Esto posiblemente se
originó de la necesidad de contar con personal que estuviera especializado en
realizar tareas repetitivas, las cuales eran instruidas por un “jefe”, y no
requerían de un razonamiento sobre el porqué se estaban realizando dichas tareas.
Sin embargo, actualmente los trabajos también han evolucionado y las tareas no
se limitan a actividades monótonas, sino exigen profesionales que estén
preparados para cumplir con metas y objetivos, lo que implica pensar en los
pasos que se necesitan cumplir para llegar a la meta.
Otro reto del
estudiante en línea es que requiere de una mayor disciplina, si bien cualquier
persona con acceso a internet puede estudiar en línea, también se tiene fechas
y metas que cumplir, lo que requiere de una autogestión del tiempo por parte
del estudiante para realizar las tareas en tiempo y forma, por lo que no se
debe malinterpretar la frase de “avanza a tu ritmo”. Es cierto que alguien
puede firmarse el último día y tal vez completar todas las tareas, pero existe
un alto riesgo de que esto no suceda, por lo que el estudiante debe presentar
compromiso y constancia con el proceso de aprendizaje, así como actitud
proactiva para realizar las actividades y no dejar todo al último.
Finalmente, al
estudiante en línea no le bastará solo con ser proactivo, tendrá también que
desarrollar habilidades de comunicación, principalmente la escrita, ya que
representa el principal medio por el cual tendrá interacción con la comunidad.
Deberá ser crítico y creativo con sus tareas con el fin de no “quedarse con lo
básico” y realmente generar conocimiento a cada paso.
Un ambiente
virtual de aprendizaje representa una nueva opción para aprender a nuestro
ritmo, siempre con tolerancia y respeto, apoyándonos de los docentes, o mejor
dicho “facilitadores”, los cuales nos ayudan a comprender mejor las tareas a
realizar y resolver las dudas que surjan. A raíz de esto, también el trabajo de
del “profesor” cambia radicalmente. En el enfoque tradicional la figura de
profesor indicaba como ir avanzando durante el track de aprendizaje. En un
ambiente virtual, esta figura cambia completamente y en lugar de indicar que
pasos seguir, apoya en que nosotros seamos los que vayamos siguiendo el camino,
siempre enfocando más el proceso educativo en el aprendizaje que en la
enseñanza.
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